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martes, 22 de marzo de 2011

Raja Alem, ganadora del "booker" árabe

Raja Alem (رجاء عالم) es una de las novelistas más destacadas y aplaudidas por la crítica de la última generación de autores saudíes. Nació en La Meca en 1963 en el seno de una familia acomodada y allí pasó su infancia y adolescencia hasta que se trasladó a Yeda para estudiar Literatura Inglesa en la Universidad. Pronto comenzó a escribir artículos literarios en el suplemento cultural de uno de los principales periódicos saudíes, Riyadh. Sobre esta experiencia nos cuenta la propia autora:
“No recuerdo exactamente cuando envié mi primer ensayo al periódico Riyadh. Lo siguiente que supe, es que el periódico había dedicado media página a mi primer escrito. No me acuerdo de por qué no pedí permiso a mi padre; nunca pensé en preguntarle. Simplemente sucedió, fue como despertarse por la mañana con los ojos entrecerrados y decir: “Hola a todo el mundo” (...)
Los periódicos dieron por hecho que era un anciano sufí, posiblemente no saudí. Cuando se descubrió que era una mujer, dijeron, “ Oh, claro, lo hemos oído por todas partes. Raja Alem. Una escritora decente, actual, inteligente. Demasiado inteligente... Es una bruja, por supuesto".
En Meca, escribir lo que escribí y publicar con mi nombre real, fue como lanzarme desde lo alto de un minarete y quedar colgando expuesta a las miradas y a las críticas. Aunque debo añadir que los intelectuales sienten un gran respeto por las escritoras.”
Raja Alem, que actualmente divide su residencia entre París y La Meca, ha publicado hasta el momento catorce títulos, entre los que se incluyen dos obras de teatro y doce novelas, dos de ellas en inglés, escritas mano a mano con su amigo y colaborador Tom Mc Donough. En el enlace que encontraréis a continuación podéis verla hablar sobre  sobre su decisión de escribir también en inglés http://www.youtube.com/watch?v=ngvbeHerCXw

Considerada precursora de la narrativa experimental en Arabia Saudí, su última novela, Tawq al-hamām (El collar de la paloma) ha ganado la última edición del Internacional Prize for Arabic Fiction, conocido como el “booker árabe”, uno de los premios que está teniendo mayor repercusión en la escena de la novela árabe contemporánea. El premio, financiado por la Fundación Emiratos de Abu Dhabi en colaboración con la Booker Prize Fundation,  supone una ventana al mundo para los textos finalistas y premiados ya que uno sus objetivos es la traducción de las obras a varias lenguas europeas. El ganador del año pasado fue el saudí Abdoh Khal con  una novela  donde se critican las distorsiones sociales del país creadas por el auge del petróleo en la pasada década. En la obra ganadora de este año Raja Alem tampoco evita temas sensibles: El collar de la paloma habla de prostitución, fanatismo religioso, y mafias de la construcción en la ciudad de la Meca. Una sórdida realidad que tiene como telón de fondo el asesinato de una mujer en uno de los barrios populares de la Meca y que contrasta con la belleza de las cartas que la protagonista envía a su amante alemán. Rajá Alem es la primera mujer que gana este premio, que este año comparte con el marroquí Mohammed Achaari.
Es interesante señalar que uno de los fenómenos que se está produciendo en el ámbito de la literatura árabe contemporánea es la descentralización de los ejes de producción (tradicionalmente Egipto y Líbano) hacia la periferia. Actualmente se habla de un boom de la joven literatura del Golfo y especialmente de la literatura escrita por mujeres. Un dato revelador al respecto es que en el año 2006 se publicaron un total de 41 obras de autores saudíes, 20 de las cuales estaban escritas por autoras. En un país en el que se piensa que la voz de las mujeres está oculta tras los burkas wahabíes, llama la atención esta paridad en la creación literaria. En nuestro España se publicó Chicas de Riad, de la jovencísima Raja al-Sanea, después de ser un auténtico Best seller en los países árabes; y Játim, de Raja Alem, obra que fue seleccionada por un programa de la UNESCO para ser distribuida gratuitamente con los principales periódicos árabes y traducida a varias lenguas europeas.

Rub' al-Jali / Empty Quarter
Sólo con echar un vistazo a algunos títulos de Raja Alem, La ruta de la seda, Mis mil y una noches, Mi señor Wahdaneh, El collar de la paloma, podemos intuir una de las características que guía su obra: ficción que conecta y se nutre de la tradición histórica y literaria araboislámica. Historia y Turaz . Una conexión que se establece desde lo local, Meca y el Hiyaz, hasta  referentes conocidos por todos, como Las mil y una noches. 
La ciudad de la Meca, eje y centro espiritual de una cultura milenaria, tiene un papel protagonista en su producción literaria: La ciudad sagrada de La Meca representa para mí el centro de una actividad mágica y creativa que intento revivir como homenaje a una antigua Meca que ya ha desaparecido: la Meca de mi madre y de mi abuela.”  Y dice en referencia al título de su última novela: “Meca es una paloma cuyo cuello rodea un collar de colores extravagantes que reflejan todo el espectro humano”.
"مكّة المكرّمة هي بالنسبة إليّ مركز لحركة سحرية إبداعية أعمل على إحيائه كوداع لمكة القديمة التي اندثرت الآن، مكة أمي وجدتي"
"مكة حمامة تطوّق عنقها ألوان متجاوزة لتدرجات الطيف البشري"


Su lenguaje, muy poético y simbólico, refleja una percepción mágica de la realidad abierta a muchas lecturas y requiere la participación activa del lector para revelar claves y referentes.
“My Arabic prose style, like the Empty Quarter, is a wilderness from which no one emerges alive. There’s no way to bring my Arabic into English because what starts out as, say, a two-word sentence in Arabic, with all the historical and mythological allusions, might call for a lengthy paragraph in English. That would kill the narrative flow. Most times I don’t even bother playing around with Arabic stems when translating, so a lot of things get lost or discarded—the hidden music, the magic spells.”

 El fragmento que podéis leer a continuación es la traducción del inicio de su novela Sayyidi Wahdaneh (Mi señor Wahdaneh). El título hace referencia a un personaje histórico, un derviche sufí de Meca. La protagonista cuenta la historia de su tía Yammu, que acaba de fallecer y cuya vida ha estado llena de acontecimientos maravillosos que se desarrollan durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. La narradora se dirige en segunda persona a Hasán, el orfebre de Basora, personaje de Las mil y una noches que viaja a las míticas islas del Waq en busca de su amada, hija del rey de los genios (Noches768 - 831).

Algunos geógrafos situaron las islas del Waq en el índico y otros en el mar de China. La leyenda cuenta que los frutos de los árboles de estas islas son cabezas humanas que al amanecer y al anochecer gritan: ¡Waq, waq! En Las mil y una  noches leemos: “Hijo mío olvida ese gran tormento, pues no podrás nunca llegar a las islas Waq, aunque fueses un genio volador o una estrella fugaz. Te separan de ellas siete valles, siete mares y siete grandes cordilleras.” Traducción introducción y notas de Juan Vernet. Planeta, vol. II, pág. 892

La lectura da la llave a otras lecturas en las que se encuentran varias voces, tradiciones y momentos históricos; una multiplicidad de mundos que entran en contacto gracias a la magia de la ficción y la palabra. En este caso a través de una carta encontrada en un baúl.
Mi señor Wahdaneh

A ninguno de nosotros, los hijos de Haná al Bikualiya, se nos  había ocurrido abrir aquel cofre antiguo embellecido en plata, la única herencia que mi madre tenía de su hermana Yamu. Quizá no lo abrimos antes porque llegó a nuestra casa sin candado, y así permaneció mucho tiempo. Después no sé qué fue lo que me empujó hacia su antigua oquedad, de la que exhalaban almas que no habían encontrado un lugar en nuestro nuevo mundo.

Cuando seguí aquel aroma, tropecé con la herencia de Yammu, que dormía en un cofre en el que, según mi madre, estaban  guardados los últimos bordados de su hermana.

El cofre se abrió  y aparecieron ante mí túnicas rayadas atadas con correas de piel de camello. No me atreví a perturbar a los espíritus y los amuletos allí guardados, los dejé tal y como estaban para preservar su secreto. 

Atrajo mi curiosidad una carta que reposaba en la caja. Nada más abrirla volaron polvos de carbón que se sedimentaron en el papel formando una maraña de líneas entrelazadas por la henna. Intenté sacudirla con las puntas de los dedos y con el movimiento fluyeron aquellas líneas, hasta que se fijaron en el papel formando manchas que parecían estanques de agua... y así se desvaneció lo que podía ser leído. Me pregunté si Yammu habría escrito la carta, eran los restos de su khol y de su henna,  ¿para quién la habría escrito y qué le habría llevado a hacerlo?

Le pregunté a mi madre si estaba escrita en la lengua de su pueblo Jázar; me dijo que no clavando la mirada en la mancha que había en el centro de la hoja y dijo: "ese es el ojo de mi señor Wahdaneh", y repitiendo su nombre desenterró al derviche mequí.

Y así, poco a poco, vas apareciendo en mi cuento, Hasán de Basora, procedente del baúl de oriente. Llegaste de la noche setecientas sesenta y una de las mil y una noches. Apareciste en las hojas hendidas de la piel de las noches, las hendiste y guardaste tu cuento en secreto entre los dedos de Yammu, tú, Hasán, el orfebre de Basora. Cuando desplegué la carta mis ojos volvieron a las líneas del khol de Yammu, que envolvían tu nombre: Hasán, todo se dijo y se perdió en el cuento.


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لم يخطر لأحد مننا نحن أبناء هَنا البيكوالية أن نفتح تلك السحّارة القديمة المطهّمة بالفضة، وكانت الشيء الوحيد الذي آل لأمي من تركة شقيقتها جَمّو. وربما لم نفتحها لكونها دخلت دارنا بغير قفل. حتى أمضت السحّارة فينا زمنا، ثم لا أعرف ما الذي دفعني لجوفها القديم  حيث فاحت أرواح لم يعد لها من مكان في دنيانا الجديدة.
وحين تتبعّتُ تلك الرائحة عثرتُ على تركة جمّو نائمة في بقجة عرّفتها أمّي بأنّها آخر ما طرَّزت شقيقتها.

فتحت البقجة فطلعت لي أحجبة مُسيّرة بسيور جلد الإبل، فلم أجرؤ أن أنقض أرواحَها وتمائمها فتركتُها كامنة بسرّها.

خطفت فضولي رسالة تتوسد البقجة، ما أن فتحتها حتى طار منها ذرّ من فحمٍ. وركدت خطوط متشابكة لحنّاء. حاولت فكّها بأطراف أصابعي ولحركتي جرت تلك الخطوط ثم استقرّت في بقع أشبه ما تكون بِبركِ الماء، وبهذا انطمس ما يمكن أن أقرأ، وتساءلتُ: هل كتبت جمو تلك الرسالة ولمن؟ هذه آثار قلم كحلِ جمّو وحنائها، فما عساها كتبت في تلك الرسالة؟

سألتُ أمّي ما إذا كانت تلك من لغة قومها الخَزَر، قالت:" لا" ثمّ عادت النظر لبقعة تتوسط الورقة وقالت: "هذه عين سيّدي وحدانه" وبِذا نبشت الدرويش المكي. فكررت الاسم.

مهلا ها أنت تخرج لحكايتي يا حسن البصري من ضلع السحارة الشرقي: جئت من الليلة الواحدة والستين بعد السبعمائة من الألف ليلة وليلة. حضرت في أوراق مشقوقة من مجلد الليالي، شَقَّتها وطوَتها أصابعُ جمّو على حكايتك يا حسن الصائغ البصري. حين بسطتُها لفتت نظري خطوط كحل جمّو تحّوط به الاسم: حسن كلما ورد وتوحش في الحكاية.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El tesoro del librero, un cuento de navidad

Cuando el librero de Almonacid fue expulsado de su pueblo aragonés tuvo que tomar la  difícil decisión de abandonar sus libros y enseres de oficio. Buscó un  buen escondrijo en un falso piso de madera  para que su tesoro, centenares de códices escritos en árabe, castellano y aljamiado (castellano, pero con grafía árabe) quedaran a salvo de la destrucción.

 No sabemos que fue de él en su nueva vida. Entre 1609 y 1614, como otros trescientos mil  moriscos españoles, emprendió sin más remedio, ligero de equipaje, y con la esperanza de poder volver, un viaje al otro lado del mediterráneo.

 Probablemente desembarcase en tierras tunecinas, y visitara la mezquita Zaituna  y la gran ciudad de Qairauán y pudiese contemplar más libros de los que nunca había visto en su vida. No sabemos si echaría de menos las montañas de su pueblo.

 Si en algún momento se preguntó cuál sería el destino de sus libros, creo que le hubiera gustado saber que su escondite fue el acertado. Los salvó para que  fueran descubiertos por casualidad por unos albañiles casi tres siglos después, y vueltos a salvar de nuevo de haber acabado, por puro descuido, en una escombrera. Con su acción particular y anónima estaba salvaguardando la memoria histórica de los últimos musulmanes de la península. Y  ahora podemos contar esa historia gracias a él.

 Ya que estamos en Navidad, me gustaría recuperar uno de esos cuentos que pertenecían al fondo de su almacén y que narra la vida de Jesús como penúltimo profeta del Islam. El relato de su nacimiento es otro cuento del portal de Belén: en vez del cobijo del establo, la sombra de una palmera, y en vez de pastorcillos, siete ángeles de luz. Y el niño hablando árabe desde la cuna.




Merece la pena leer el  breve informe sobre el descubrimiento de estos manuscritos, escrito en 1885 por Francisco Codera.  Está editado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:
Es curioso que fuera precisamente un cura quien evitase que estos tesoros acabaran en la basura. 

Aquí una muestra de los manuscritos:
En el siguiente enlace  la referencia a la película  Expulsados, rodada en el mismos Almonacid de la Sierra, que todavía no he visto, pero que me han dicho que está muy bien . http://www.youtube.com/watch?v=T8kwnQJ1Ito&feature=related

Y más sobre la herencia musulmana: http://www.youtube.com/watch?v=NRiVTnyQ4CQ



sábado, 18 de diciembre de 2010

Encerrando el infinito. Un café con Borges y Escher

              
 
   Siempre me ha gustado encontrar conexiones. Nada más leer El Aleph de Borges pensé en una edición ilustrada con los grabados de Marius Cornelis Escher. Viendo sus dibujos uno diría que pintor y escritor eran almas gemelas. Sus universos personales estaban plagados de laberintos y paradojas, de mundos simultáneos conectados a través de escaleras y de espejos. Compartían una visión fantástica y matemática que rompe con los esquemas clásicos de tiempo y espacio. Y que me encanta.

   El pintor nació en los Países Bajos, en 1898. Borges solo un año después en Buenos Aires. Los dos inauguraron el XX  ¿Por qué no imaginar un encuentro entre ambos personajes en un café de cualquier ciudad europea? Una conversación prolongada sobre arquitectura y tiempo, sobre matemáticas y física cuántica, sobre Einstein y su teoría de la Relatividad. ¿Por qué no una partida de ajedrez que durase horas y horas? 


Ahí van retazos de lo que ví y escuché:


 Relatividad, 1953 (litografía)
“A la impresión de enorme antigüedad se agregaron otras: la de lo interminable, la de lo atroz, la de lo complejamente insensato. Yo había cruzado un laberinto, pero la nítida ciudad de los inmortales me atemorizó y repugnó. Un laberinto es una casa labrada para confundir a los hombres; su arquitectura, pródiga en simetrías está subordinada a ese fin. Abundan el corredor sin salida, la alta ventana inalcanzable, la aparatosa puerta que daba a una ventana  o a un pozo, las increíbles escaleras inversas, con los peldaños y la balaustrada hacia abajo...”   El inmortal, 1949  




 Escher intentatba representar con los medios de la perspectiva clásica una extensión espacial infinita en un espacio delimitado. Es la paradoja que Borges imagina como escenario para varios de sus cuentos.

 
Otro Mundo II, 1947 (xilografía)

“Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos]los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo.”  La casa de Asterión, 1949  

“El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente.” La Biblioteca de Babel,1949



    Una  pequeña esfera que contiene el universo entero: eso es el Aleph. En los dibujos de Escher también hay esferas que nos permiten contemplar dos mundos e imaginar universos simultáneos.

Mano con esfera reflejante, 1935 (litografía)


 
Escher explica así sus esferas reflejantes: en un espejo convexo el ojo ve reflejado todo el universo, sólo lo que está detrás del espejo permanece oculto.            


 Borges: En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor (...) El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna de espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. El Aleph 1948
      
 Me gustaría prolongar el encuentro, oírles hablar sobre el juego, que  es una constante para los dos, quizá porque pone  los sentidos a prueba y consigue engañarlos. Ese engaño, que produce extrañeza y fascinación, es a su vez  prueba de la imposibilidad de conocer el mundo.

      Sobre su proceso creativo Escher decía: “si supierais lo que he visto en la oscuridad de la noche... A veces casi me ha vuelto loco la aflicción de no poder reproducir lo que veo. Comparado con ello,  todo dibujo es un fracaso que no deja entrever ni siquiera una fracción de lo que tendría que haber desrito”

     Borges responde: “No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura”